La lorquina logra su segundo ‘Molino de plata’ en una edición en la que la organización solicita al Ayuntamiento que haga “propio” un Festival Nacional de Canción Española que ha estrenado escenario con las ‘mujeres de Julio Romero de Torres’. GALERÍA DE FOTOS (pinchar aquí)

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Marisol Segura venció en la edición de 2013 y, tras cumplir el obligado ‘exilio’ de tres años para los vencedores, ha regresado al Festival Nacional de la Canción Española de Molino Derribao obteniendo nuevamente el ansiado ‘Molino de plata’, en una justa decisión del jurado, pues coincide con el sentir de la mayoría de espectadores a quienes preguntamos, que colocaban su nombre entre los dos o tres favoritos. Puso el broche al festival con el tema que ofrecemos en el vídeo adjunto como ‘La emperadora’ y con un fandango a capela.  

Este segundo ‘Molino’, que le reporta unos ingresos de 2.300 euros, le fue entregado por Rosi Conesa, directiva de la directiva vecinal, para después recibir un ramo de flores del presidente del festival, Alfonso Conesa, y la felicitación del presidente de la Asociación General de Vecinos de Molino Derribao, Pedro Emilio Conesa, quien mostró su gratitud a todos los que hacen posible el certamen y al público asistente. “Sois lo más importante y los que nos hacéis que cojamos fuerza para la siguiente edición”, expresó. Destaca la masiva presencia de espectadores ambas jornadas, en las que han trabajado con acierto los integrantes de la empresa CR, encargados de coordinar la entrada de turismo en la emblemática aldea cartagenera.

Asistieron a la entrega de premios los ediles Francisco Aznar, María José Soler, Obdulia Gómez e Isabel García, que fue la representación municipal, pues el edil David Martínez lo hizo como integrante del jurado, papel que desempeña desde bastantes años antes de entrar en la corporación municipal. Ante esta representación municipal, Pedro Emilio Conesa, dijo que, ahora que se acerca el 25 aniversario, “llega el momento de pedir de que el Ayuntamiento haga propio este festival y se mantenga mucho tiempo porque es nuestro”, en alusión a que forme parte de la custodia municipal, al igual que la Mar de Músicas, Festival de Jazz o de cine, por citar algunos ejemplos.

Volvamos al cuadro de honor, que completaron cuatro artistas andaluces. El segundo premio más mil euros fueron para Rafael José; el tercer puesto lo recogió Rocío Alcálá junto a 500 euros y el premio Jumabeda. Trescientos euros se llevaron la cuarta y quinta clasificada, respectivamente, Marisa Martín y Maribel Fernández ‘La caletera’. Esta última acudió al festival con su hijo, quien no llega al año de edad. Presentó la gala Lorena, la malagueña que triunfó en el año 1998, que actuó como invitada en las dos ediciones siguientes y que desde 2001 pone su simpatía y buenhacer a este certamen.

La actuación estelar fue de Pepe Nüñez ‘El Loreño’ con la orquesta de Fran Rivero, con un flamenco “que se entiende para el espectador”, como se destacó, complaciendo a todos los asistentes. Todos los artistas pasaron por un escenario novedoso en esta ocasión, pues ha sido decorado por Jesús Lorente, de Los Belones, en el terreno pictórico, y por Minuca, de Los Alcázares, en los complementos, perteneciendo ambos a la asociación artística Compañía de Mario, especializada en el arte urbano, siendo ambos autores, entre otros trabajos, de las pinturas recientes que han enriquecido los colegios Virginia Pérez de El Algar y Mediterráneo de La Manga, junto a algunas de Santa Lucía en el entorno de la imagen de Santiago. Lorente, quien es autor también del mural del Mar Menor que luce en su pueblo de Los Belones, explicó a este diario que el diseño está basado en su atracción hacia Julio Romero de Torres, “al que he tenido presente para las mujeres de los balcones, mientras que un mantón de manila luce en la falda del escenario y para el fondo se eligió un patio andaluz, además de los retoques y restauración de las bailarinas que estaban”, expone. Ambos exponen también que cada vez la tendencia del arte urbano prolifera más por la comarca.

Fue el balance de “una noche maravillosa, de las que hay pocas”, como dijeron en su alocución los organizadores.